¡Feliz año Nuevo!

 ¡Feliz año! 

     Ese es mi deseo, que tengáis y tengamos un muy Feliz año 2022. Y vosotros probablemente pensaréis, ¿Y con la que está cayendo como se atreve a decir eso? 

     Pues os cuento por qué. Antes de Noche Buena, en una sala de espera, conocí a una chica risueña y comunicativa. Tenía dieciocho años, era madre soltera sin familia a la que recurrir y su pareja se borró del mapa al saber de su embarazo. Además para añadirle un toque dickeniano al asunto, vivía en un albergue para mujeres en esta situación, supongo que porque tampoco tenía recursos. Pero ¿Sabéis qué? Manifestaba ser feliz. Estaba encantada con su niño que ya tenía ocho meses y que estaba sano, era listo, ya hacía un montón de cosas, casi caminaba y se reía por todo, incluso cuando se caía. 

      Mientras la escuchaba pensé que si ella podía ser así de feliz cuando tenía tantas cosas en su contra, los demás también podíamos. Así que insisto, ¡Feliz 2022!