Sofía. Finalista del XVIII concurso nacional y XI internacional de Relato corto y Poesía "Caños Dorados". Villa de Fernán Núñez , en Jaén (Agosto 2020).


      Me llaman Sofía y soy muy pequeña. Lo sé porque todo lo que hay a mi alrededor es muy grande. Dicen que soy un bebé y me paso la mayor parte del tiempo tumbada en una cama de mi tamaño, que llaman cuna. Casi siempre estoy mirando un techo blanco o una pared, aunque a veces me cogen en brazos y entonces veo otras cosas. Espero que con el tiempo pueda sostener yo sola mi cabeza y por lo menos sentarme, porque por el momento me pesa mucho.     Vivo con alguien que dice que es Mamá. Tiene el pelo rizado, lleva gafas y siempre me sonríe. A veces me llama " mi pequeño koalita", sobretodo cuando me da de comer y no la oye nadie. Es muy simpática y cariñosa. Me gusta mucho estar con ella porque todo en ella es muy suave y huele muy bien.

      También vivo con otro alguien que tiene poco pelo como yo y lleva gafas. Se llama Papá y hace tonterías para hacerme reír. Es muy gracioso y siempre me dice que soy guapísima, como una princesa de cuento.

     Mamá y Papá son grandes, luego hay otro que no es tan pequeño como yo ni tan grande como ellos, que a veces me sonríe y otras, me mira enfadado, lo que es muy desconcertante. Éste se llama Hermano.

      Antes además del techo y la pared blancas, también veía un techo todo azul o azul con manchas blancas, que llaman cielo. Mamá dice que eso es la calle. Me montaban en una cuna con ruedas y nos movíamos de acá para allá. Solíamos ir a un sitio que llaman parque, donde hay otros como Hermano. Allí él reía, saltaba, corría detrás de una cosa redonda  y me sonreía todo el tiempo. En el parque nunca me miraba enfadado.

      Pero desde hace un tiempo ya no hemos vuelto a ir ni a la calle ni al parque. Así que ya sólo veo la pared y el techo blanco, con lo cual me aburro un poco y lloro más, para que me hagan caso.



     Mamá me levanta muchas veces, me lleva a un agujero que hay en la pared y llaman ventana, y desde ahí vemos la calle. Podemos ver un poquito de techo azul y a algunos alguienes caminando, pero no hay Hermanos que corran, salten o rían. No es igual de divertido.

      Mamá y Papá dicen que hay un bicho muy malo que no se ve, que hace que la gente se duerma para siempre y que por eso no podemos salir. Yo no quiero dormirme para siempre. Quiero crecer, aprender a sostener mi cabeza y conseguir mandar en mis piernas para ir al parque con Hermano y reírnos juntos.

Así que de momento tendré que aguantarme y no dar mucho la lata hasta que el bicho ese se vaya a su casa.


       



Comentarios

Entradas populares