Armonía

 Armonía

      Armonía es menuda y ligera. Sus cabellos son verdes y sus inolvidables ojos morados. Es suave como una brisa de verano y elegante como un gato. Siempre viste de blanco para iluminar la vida.
      Todos quieren que les haga compañía. Su presencia proporciona tranquilidad en el ánimo, evita discusiones, promueve el diálogo entre los seres vivos e invita a que su transparente amiga Serenidad, visite con frecuencia a aquellos a los que Armonía acompaña.
      Armonía es un ser diferente e inclasificable. Una mezcla de hadas, magos, trasgos, duendes, elfos, sulfato y magnesio. Su poder es maravilloso e inigualable. Con su sola presencia evita las riñas de los niños en el colegio; las peleas de los adultos, cuando se sienten agobiados por los cientos de vicisitudes de la vida diaria o los conflictos bélicos de los países gobernados por políticos inflexibles e ignorantes. Ella abre tu mente y te ayuda a buscar soluciones siempre, en vez de emitir quejas y adentrarte en el túnel de la frustración y el enfado.
      Para tenerla cerca sólo hay que seguir un sencillo procedimiento. Querer que esté en tu vida, cerrar los ojos, concentrarte en el ritmo de tu respiración para hacerla pausada, relajarte y dejar que te inunden los sentimientos que surgen al desear su presencia. Visualizar dentro de esos sentimientos en qué momentos concretos influye en tu vida, dejando que tu imaginación fluya. Viendo cómo ella va desenredando esos nudos que nosotros llamamos dificultades y que llenan de baches los suelos de nuestras cocinas, salones, baños y dormitorios. Ella con sus dedos finos y hábiles los irá desenredando uno a uno con parsimonia y paciencia, alisando los extremos al terminar, para que nuestro camino sea más llano y transitable.
     Mientras su amiga Serenidad irá haciendo lo mismo con los nudos de nuestro cuerpo. Esos que se forman en nuestra cabeza cuando llevamos mucho tiempo dándole vueltas al mismo tema sin encontrar soluciones, esos que aparecen en nuestra garganta cuando no podemos expresar lo que sentimos o pensamos, esos que bloquean nuestra nuca y nuestros hombros cuando cargamos con problemas que no son nuestros, esos que erupcionan en nuestras lumbares por las excesivas cargas físicas o emocionales y esos que se asientan en las plantas de nuestros pies por el peso de todos los demás, impidiendo que nuestro deambular por la vida sea libre y fluido. Serenidad los irá desatando, y con el paso de los días nos notaremos ligeros y descansados.
     Con la ayuda de ambas sentiremos que la vida diaria ya no nos pesa, que nuestro cuerpo se vuelve ligero y que nuestro ánimo se vuelve alegre, estando así dispuestos a enfrentarnos a cualquier dificultad, porque ahora ya tenemos la certeza de que no estaremos solos para superarlas.

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