Lucas (Finalista III Concurso cartas de amor Mengíbar 2019)

                           Lucas

Querida señorita Patricia:
La quiero.
El primer día que la vi, usted llevaba un vestido azul precioso. Me encantó su pelo largo y sus ojos azules. Ya no pude pensar en otra cosa aquella mañana.
Es usted maravillosa. Siempre amable y dispuesta a ayudar. Con su sonrisa de dientes blancos y bien alineados. No como los míos, que están descontrolados, cada uno mirando en una direction. Mi madre dice que me tienen que poner un aparato para corregirlos. Así que no se preocupe, seguro que cuando tenga dieciocho años ya los tendré tan perfectos como usted.
Sé que ahora no me puede tener en cuenta como pretendiente, pero quiero que me observe atentamente, sólo le pido eso antes de decidir.
Mi abuela dice que tengo potencial. Es cierto que ahora estoy delgaducho y no soy muy alto, pero ella está segura de que salgo a la rama de su familia, y mi abuela, rara vez se equivoca. Es una mujer muy sabia. Muchas mujeres del pueblo vienen a contarle sus problemas. Ella dice que mi tío Andrés era igual que yo a mi edad, y ahora ya lo ve, ¡Tiene unos brazos como troncos!
En cuanto a inteligencia, creo que ya le he demostrado que soy el más listo de la clase. Y por usted, seré también el más aplicado. Estudiaré mucho y seré alguien en la vida. No sé muy bien qué significa eso, pero mi abuela no para de decírmelo. Tienes que ser alguien en la vida, muchacho.
Supongo que se refiere a no quedarse para siempre en el pueblo y a tener dinero. Que la vida no sea como en mi casa, donde los adultos se pasan el tiempo contando monedas para ver si podemos comprar un poco más de carne este mes. Sospecho que para ser ese alguien, tendré que estudiar mucho e ir a la universidad. Como ve, no espero que usted me mantenga. No vaya a pensar que la elijo por eso.
Por otro lado, entiendo que diez años es mucho tiempo para esperar y que usted tendrá que hacer algo entretanto se cumplen. Puede tener todos los novios que quiera, por mí no hay problema. Sólo le pido que si puede ser, no se case con ninguno ni tenga hijos, porque si no, nuestro amor, podría complicarse bastante. O si tiene usted un deseo tan grande que no se puede aguantar, entonces cásese con un señor muy mayor, de esos que se mueren pronto. Así se cumplirá su deseo y el señor mayor estará contento. Ya lo dice mi abuelo, A mí me siguen gustando las jovencitas, con sus carnes duras. Bueno, lo dice cuando no le oye mi abuela, claro.
Y si también quiere tener algún hijo, pues qué se le va a hacer. Cuando yo tenga dieciocho, usted tendrá cuarenta, y claro, para tener hijos ya se sabe que es mejor antes de esa edad. Aquí en el pueblo, a las madres de cuarenta, las llaman madres añosas, y eso no es muy agradable de escuchar. Por mi parte, yo sería un padre muy joven, pero siempre puede tener sus ventajas. Estaría en forma para irme con mi hijos al monte o a jugar al fútbol. Así que dejo estos temas a su elección, señorita Patricia.
Como ve, soy muy flexible con mis demandas.
Deseo que siga usted tan guapa como siempre y que si tiene alguna petición que hacerme para pasar estos años, no dude en decírmelo. Si no es mucha molestia, por favor, hágame sus comentarios por carta. En persona creo que me pondría colorado y me quedaría mudo. Aún no tengo facilidad en esto de tratar con chicas, pero no se preocupe, que pronto lo dominaré. Deme tiempo, ya le diré cuándo estoy preparado.
Con todo mi amor.
Fdo. Lucas




Comentarios

  1. Qué bien se le dan las matemáticas a este niño, oye!! Yo también me compraré un vestido azul

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