El desafío (Finalista IX Certamen Picapedreros 2019. Revista la Oca Loca)

                EL DESAFÍO

-Mamá, hoy en día ya no reñimos ni amenazamos a los niños. La psicología ha avanzado mucho. Podemos razonar con ellos.
Emilia no contestó.
-Izan, cariño, ven aquí, siéntate a comer. Verás qué buenas están las croquetas de la abuela.
El niño dejó de correr alrededor de la mesa, cogió su tenedor y empezó a mordisquear una croqueta. Cuando su madre dejó de mirarle, le sacó la lengua a Emilia.
-¿Te das cuenta mamá?
-Sí, hija, sí. Me doy cuenta. Anda vete al médico que vas a llegar tarde.
Unos instantes después de oír bajar el ascensor, Izan se levantó de un salto y reanudó su carrera alrededor de la mesa, moviendo sus brazos a toda velocidad como si fueran las hélices de un helicóptero, mientras imitaba el sonido con su boca. Emilia no le interrumpió.
De repente, paró en seco y se lanzó sobre el sofá nuevo. Subió encima y empezó a saltar y a reír y a dar volteretas Hasta que sintió la palma abierta de la mano derecha de Emilia chocar contra su cara.
Izan se tocó la mejilla que ahora sentía caliente y dolorida. Su abuela le había cogido la otra mano y se la apretaba con suavidad.
Tenías que parar, Izan.
Izan se levantó, se sentó en su silla y se comió la croquetas sin
decir nada.
Después, abrazó a su abuela.


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